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El ser humano... ser... humano... -"el arte de ser un humano"-

Foto del escritor: Cesar Arias TransformadorCesar Arias Transformador

El Ser Humano es indivisible -desde la ontología de Adler-, pero a la vez, es conformado por muchas p

artes... y cada una de las mismas posee su propio y muy particular potencial para lograr el éxito...

Empero, la mayoría de personas no individualiza ni explora totalmente sus experiencias, y mucho menos, logra suponer las diferencias clave sobre las mismas ... casi siempre opina conforme a lo queotros le obligan a valorar... y termina por no creer ni siquiera en sí mismo... mucho menos en su "grandiosidad oculta".

Son pocas las personas que logran conocerse verdaderamente más allá de lo que los demás opinan tanto sobre su propio pensamiento, como sobre sus propias emociones y sentimientos...

Al Ser Humano lo componen varias partes... como la laboral... familiar... la profesional o académica... la espiritual... está también aquella que no conocemos muy bien, y que generalmente siempre nos guarda y ocasionalmente recuerda lo que más atesoramos y gustamos de hacer (esta es la sección que guarda temerosamente a nuestro niño interio; usualmente se oculta y esconde porque generalmente no le permitimos presentarse)... está también la parte obscura (la que algunas veces "nos hace sobrevivir" aún más que las demás, ya que generalmente "no se toca el corazón")... y está la parte relajada, hippie o "floja" (esa que aparentemente no se preocupa mucho por las cosas, objetos, ideas o resultados posibles, y que se dedica generalmente a simplemente... vivir)...

Todas los fragmentos mencionados, empero, forman y conforman, junto con muchas otras, al Ser Humano que somos. Y generalmente son guiadas por nuestro espíritu o alma... son comandadas cual soldados en medio de la batalla cotidiana en la que se lucha para alcanzar la tan deseada plaza de la desconocida e inquietante apertura de consciencia...

En esta batalla por entender la vida, varias de las partes mencionadas adolecen y sufren de incontables heridas, además de que son inmesiricordemente maltratadas -muchas veces en medio del "fuego amigo" de nuestro propio ser-... pasan hambre -no son alimentadas energéticamente según sus propias y muy particulares necesidades-, extrañan y se entregan constantemente a sus áreas de confort -la parsimonía de la no lucha-, ven mermadas sus fortalezas todos los días de la batalla... o sencillamente desaparecen en medio del fragor de esta incesante guerra... (algunas de estas partes, y sus lazos, deben ser despedidas con todos los honores, en funerales espirituales formales, todas las veces que la incesante lucha pueda permitirlo)...

¡No flaquees! ¡Nunca te rindas! ¡Viva la lucha sin fin!... confía en alcanzar la gloria...

¡lo lograrás!"

¿Quieres conocer más?

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