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Existe por sobre nuestra falsa cultura occidental -falsa en un sentido axiológico- la frase que se atribuye a tantos, y que algunos defendemos como propia de la herencia cultural del genial poeta y prosista jalisciense Amado Nervo que reza: "el hombre es el arquitecto de su propio destino", resulta ser por demás INEXACTA siempre y cuando apliquemos apropiadamente un correcto análisis de contenido antropológico, y considerando además la dicotomía efectiva entre el hombre como individuo y el hombre como sociedad.
Es la "creación" e influencia de un "tercer ente" quien "crea" "finalmente" al hombre como tal. El "tercer ente" consiste precisamente en el resultado de la interacción dicotómica que aquí mencionamos, y que no es más que la interacción coaccional existente dentro de cualquier fenómeno social.
Este tercer ente -o entidad-, se genera cuando el individuo, con su bagaje familiar, se integra de cualquier forma posible a la sociedad inmediata que le rodea, y que va más allá de su propia familia; integrándose así a un bagaje sociocultural más amplio. La influencia del segundo bagaje se fusiona con el primero, y es entonces cuando el individuo "comienza su transformación en persona; o declina inconscientemente de tal actitud".
La dicotomía de la que hablamos, ha sido abordada por incontables pensadores a lo largo de la historia -filósofos, sociólogos, psicólogos y demás-, y trata de responder por ejemplo, a la para muchos eterna pregunta de: "¿el delincuente nace, o se hace?"
En 1921, el genial psicoanalista Sigmund Freud nos indica desde su obra: "La psicología de las masas y análisis del Yo" lo siguiente...
“El más singular de los fenómenos presentados por una masa psicológica, es el siguiente: cualesquiera que sean los individuos que la componen y por diversos o semejantes que puedan ser su género de vida, sus ocupaciones, su carácter o su inteligencia, el simple hecho de hallarse transformados en una multitud le dota de una especie de alma colectiva. Este alma les hace sentir, pensar y obrar de una manera por completo distinta de como sentiría, pensaría y obraría cada uno de ellos aisladamente… La masa psicológica es un ser provisional compuesto de elementos heterogéneos, soldados por un instante, exactamente como las células de un cuerpo vivo forman por su reunión un nuevo ser, que muestra caracteres muy diferentes de los que cada una de tales células posee”.
Freud acota que, si los individuos que forman parte de una multitud se funden en una nueva unidad, debe existir algo que produzca ese vínculo. ¿Qué es ese algo? Le Bon no parece encontrarlo, pero es verdad que menciona la influencia de lo “inconsciente”, por lo cual Freud admite que en esto, es su precursor.
Este fenómeno se manifestó de manera bastante notable por ejemplo durante el explosivo inicio de la Revolución Rusa; en la que las masas fueron quienes precisamente dieron el primer paso para la revuelta civil que terminó por arrastrar a los incontables grupos intelectuales y reaccionarios a una confrontación que hablando en términos generales, ¡no fue planificada! Fue bastante gracioso desde cierta perspectiva mordaz, el observar la perplejidad absorta de los diversos grupos revolucionarios que se vieron sorprendidos por la iniciativa de las masas, reusando así cualquier tipo de liderazgo ligeramente organizado...
Terminamos la publicación con una frase que resume todo lo dicho de manera magistral:
"¡Sólo cuando te persiguen te vuelves veloz!"
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